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ii. Los derechos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en el campo de la sexualidad y la reproducción

La EIS,  con enfoque de género y derechos, trata de la atención a las necesidades cambiantes de las NNA y jóvenes, considerando sus dificultades generacionales. La escuela como espacio privilegiado de aprendizaje, no solo técnico-científico para el futuro, sino también como espacio de encuentro en el presente, está determinado por la emergencia de múltiples conflictos y frustraciones relativos al campo sexual y reproductivo. En este aspecto, tal y como lo consignan los acuerdos internacionales y nacionales, es un escenario idóneo para fomentar una cultura del diálogo, de la democracia y de la no violencia.

El enfoque de los derechos humanos en la EIS, amplía la comprensión de la sexualidad, porque cuestiona el prisma adultocéntrico que determina la sexualidad, como algo que pertenece exclusivamente al mundo adulto.  Esta perspectiva desconoce las inquietudes, los temores, las dudas y abusos  que experimentan  las niñas/os, adolescentes y jóvenes. También es importante resaltar  el carácter diverso de la sexualidad, este aspecto requiere protección. Las personas que expresan una orientación sexo-afectiva distinta a la heterosexual, tienden a ser violentadas/os,  gravemente estigmatizadas/os y discriminadas/os. En este sentido, es pertinente a la EIS, fomentar climas respetuosos para que ninguna persona sea mal tratada en razón de su identidad, orientación y/o opción sexual. La Resolución Ministerial indicada anteriormente establece la necesidad de  “generar respeto a las diferencias, el rechazo a toda forma de discriminación” (Cimmino, K.  & Marina, M. (s/f). p.4). 

Garantizar un enfoque de derechos en relación a la  EIS, permite la calidad de vida porque:           

La sexualidad es una dimensión constituyente del ser humano que se expresa durante toda la vida. La niñez y adolescencia son etapas significativas para potenciar el desarrollo de las personas y de los países, por lo que es necesario proporcionar una educación de calidad que incorpore la educación de la sexualidad como derecho humano y como estrategia de calidad de vida actual y futura (Declaración Ministerial, México 2008).

La educación integral en sexualidad, es un eje importante para proveer a la ciudadanía de las capacidades de detección, prevención, atención y mitigación de los impactos que tienen las realidades de la violencia. Este aspecto implica analizar las pautas de aprendizaje de las relaciones amorosas, del noviazgo, según la construcción cultural del género, las edades, etc. También implica las  habilidades de comunicación, autoestima, manejo de conflicto, comunicación asertiva, entre otras temáticas que son ampliamente desarrolladas en los Lineamientos del Ministerio. Estas dimensiones también implican de manera gradual, el conocimiento sobre la prevención de las ITS, el VIH y el SIDA, la planificación familiar, entre otros tópicos para el cumplimiento de la resolución ONU A/CONF.171/13[1] que  plantea:

Los gobiernos deberían promover y alentar la participación del hombre y la mujer en pie de igualdad en todas las esferas de la vida familiar y en las responsabilidades domésticas, incluidas la planificación de la familia, la crianza de los hijos y las labores domésticas. Esto debería lograrse mediante información, educación, comunicación (Conferencia Población y Desarrollo; medida 4.26).

 

La Resolución de la ONU (Cairo 1994),  es enfática en cuanto a desarrollar medidas en relación a la información en prevención de embarazos, ITS y otros elementos que aluden a la participación y responsabilidad masculina en asuntos que tradicionalmente, se asumen como roles femeninos. Exhorta a que las escuelas, modifiquen todos los obstáculos que impiden que las niñas y las jóvenes, desarrollen sus talentos y capacidades en condición de igualdad. Este aspecto, indica que, los derechos humanos, se realizan en la medida que cada persona cuenta con información clara, veraz y oportuna,  en materia de sexualidad y reproducción.

Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos. Y dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico, pues es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social. Y su finalidad es asegurar el desarrollo de una sexualidad saludable en los seres humanos y la sociedad (Declaración de los derechos sexuales, 2003)

En tabla no. 6,  se proponen una lista de los consensos llevado a cabo a nivel nacional e internacional, respecto a, los aspectos que involucra la EIS. La incorporación gradual de estos asuntos,  en el sistema de información escolar, mediante la EIS,  garantiza el bienestar, la calidad de vida y el buen vivir, a todas las personas, porque el ejercicio de una sexualidad sana-responsable, permite el desarrollo humano integral (socioeconómico, político y cultural), a todas la generaciones, según las realidades del género.

Tabla 5: Derechos en materia de reproducción y sexualidad[2]

Derechos sexuales

Derechos reproductivos

  • Derecho a vivir una sexualidad placentera y responsable, buena en sí misma; como vehículo fundamental de comunicación y amor entre las personas, no tiene como fin exclusivo la procreación ni la genitalidad.
  • Derecho a la felicidad, al bienestar; a disfrutar de una vida sin violencias.
  • Derecho a la integridad corporal y a la autonomía en el control del cuerpo.
  • Derecho al ejercicio libre de las orientaciones sexuales.
  • Derecho a una sexualidad exenta de miedos, vergüenzas, culpas y falsas creencias.
  • Derecho a la integridad y a la seguridad sexual: a vivir libres de tortura;  incluye la capacidad de tomar decisiones autónomas y responsables, sobre la propia vida sexual en un contexto de ética personal y social.

  • Derecho a la privacidad sexual: legitima las decisiones y conductas individuales realizadas en el ámbito de la intimidad, siempre y cuando no interfieran con los derechos sexuales de otros.
  •      Derecho a la salud; a la información y servicios accesibles-asequibles y seguros, necesarios para garantizar una vida sexual libre infecciones de transmisión, incluye el VIH y el SIDA.
  •      Derecho a la toma de decisiones reproductivas libres y responsables: comprende el derecho a decidir tener hijos o no, el número y el tiempo a transcurrir entre cada uno, y el acceso pleno a los métodos para regular la fecundidad.
  •      Derecho a la información sexual basada en el conocimiento científico: generada a través de procesos científicos y éticos, que sea difundida de forma apropiada y que llegue a todas las capas sociales. Debe contar con la participación de NNA y jóvenes.
  •      El derecho a adoptar decisiones reproductivas sin sufrir discriminaciones, coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos de derechos humanos.
  •      Acceso a información completa sobre salud reproductiva, considerando tanto los beneficios como los riesgos de medicamentos, tratamientos e intervenciones médicas que tengan que practicarse; incluso la esterilización y bajo algunas condiciones las prácticas de aborto seguro.
  •       Involucra a los hombres en todos los procesos de planificación familiar, en las tareas y responsabilidades de cuidado emocional-afectivo de las familias.



[1] Véase documento completo recuperado el 18 de mayo de 2015 en http://www.un.org/popin/icpd/conference/offspa/sconf13.html.

[2] Se tomaron como fuentes el Programa de Accion de la CIPD y aspectos destacado por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología (WAS) .