i. Mecanismos de la socialización de la edad
El procedimiento de aprendizaje de las diferencias de la edad, como negación de derechos, exclusión y desigualdad, es un largo proceso socio-histórico, propio de la modernidad (Bendit, Hahn & Miranda, 2008), desde los procesos de liberación e industrialización económica. Ocurre mediante los siguientes tres componentes de la socialización:
Diagrama 2: Mecanismos de socializaciónAlgunos productos culturales claves, para la incorporación de los aprendizajes sociales son: la música, las telenovelas, las películas; los juegos infantiles, los cuentos infantiles, la literatura, los libros de textos, entre otros. Por ejemplo: si se revisa un libro de historia, podrían realizarse las siguientes preguntas: ¿Qué edades, género, colores, clases sociales, etc., tienen las historias que se relatan? ¿En función de las edades que se dice y omite de la historia? ¿Qué personajes se realzan? ¿a quiénes no se incluye? ¿Qué papel tienen las niñas, los niños en la historia narrada? ¿Qué papel juegan “los viejas y las viejas”? ¿Qué ideario de la edad refuerzan las historias narradas? ¿Por qué la historia se relata sin considerar los aportes generacionales?Los mecanismos de la socialización, colocan la etapa adulta en el centro de la experiencia humana. En este sentido, se aprende a valorar más la adultez, en tanto capacidades reproductivas (en las mujeres) y productivas (en los hombres). Entonces, se incorporan los valores del “adultismo”, como discurso-práctica pedagógica (Martínez, 2001), más allá de la escuela y desde ella. Coloca el estatuto adulto como foco de la experiencia, mientras que niega derechos a lo estimado como “menoridad”, porque indica inmadurez e inexperiencia, y a la vejez, porque refleja lo inútil e innecesario. En la tabla no. 3, se muestran estas discrepancias, respecto a la visión separatista de las edades:
Tabla 3 Visiones tradicionales de la edad
La madurez, se teje a lo largo de la historia vital, en función de las múltiples situaciones y condiciones que constituyen aprendizaje; está determinada por la experiencia específica cotidiana, según los procedimientos de organización, adaptación, asimilación, acomodación y las transformaciones afectivas (Piaget & Inhelder, 2007) que caracterizan, el proceso de enseñar-aprender, como construcción constante, más allá de la edad.