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3.3 El trabajo intra e intersectorial

  Como se ha reiterado en diversas ocasiones, corresponde en primer lugar a las familias educar en sexualidad a su descendencia, como parte de ese complejo proceso de transmisión cultural y de integración social, que le confiere un rol fundamental en la sociedad.  Sin embargo debido al bajo nivel educativo de un segmento de la población dominicana, a la existencia de una serie de mitos y tabúes que limitan el desarrollo de una comprensión adecuada de la sexualidad, las condiciones de precariedad y el hacinamiento en que viven muchas familias, es necesario que la escuela asuma un rol activo en la educación integral en sexualidad.  Conforme a la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, y al Pacto Socio Educativo, la escuela debe impartir estos conocimientos, con la intención de desarrollar las competencias necesarias para el cuidado del cuerpo, de la salud y prevenir una serie de riesgos psicosociales asociados al contagio de las ITS, VIH, HPV así como los embarazos a temprana edad, con su consecuente impacto sobre la pobreza de la madre y su descendencia.

En este orden, la familia es la primera entidad con la cual debe desarrollar acciones de tipo colaborativo para llevar adelante la EIS.  La Asociación de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela (APMAE), como principal organización en representación de las familias en los centros educativos, con la cual se deben coordinar acciones, atendiendo a los distintos niveles y etapas de desarrollo de la población estudiantil.   Del mismo modo, la escuela también puede organizar actividades de formación para las familias, a fin de obtener una colaboración más cualificada, y alcanzar los objetivos previstos.

En los aspectos concernientes a la salud, a partir de enfoque biologicista y médico que pone el énfasis en conocer el cuerpo, sus órganos y funcionamiento, como evitar el contagio de las ITS, VIH y VPH, el embarazo no planificado, entre otros; el sistema de salud a nivel local y nacional, es otro colaborador inestimable para la escuela.  Especialistas y médicos pueden asistir a la escuela como invitados, para ofrecer conocimientos precisos a familias y estudiantes sobre estos temas, medidas preventivas, entre otros.  También la escuela puede referir al sistema de salud, cualquier situación de atención individual que requieran sus estudiantes, familias y personal docente, con miras a alcanzar los objetivos de logro de la EIS.

Por otra parte las entidades de protección a la niñez y la justicia, como el Consejo Nacional para la Niñez (CONANI), el Ministerio de salud Pública, la Procuraduría General de la República, pueden dar a conocer de manera exhaustiva al personal docente, familias y al alumnado si fuera necesario, las leyes y los dispositivos judiciales e institucionales de apoyo, donde acudir en caso de amenaza para evitar el abuso infantil y adolescente, la violencia intrafamiliar, y la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes. Viceversa, desde el centro educativo, se estarán refiriendo a estas instituciones estudiantes que estén enfrentando o hayan enfrentado situaciones de violencia y/o riesgo.

El personal directivo, docente y de apoyo en las escuelas, debe tomar conciencia de su responsabilidad para  garantizar el desarrollo integral de NNA, para lo cual debe establecer sinergias con las demás instituciones públicas y privadas para una labor más eficiente, a partir de la revisión de las prácticas institucionales.  Es necesario transformar la visión de un trabajo en la escuela, “al trabajo con la escuela” con el objetivo de facilitar el acceso a los servicios y los recursos de salud, protección y prevención, siempre siguiendo las Normas de Convivencia armoniosas, establecidas por el Ministerio de Educación.