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1.2.2.1. Género y sexualidad: roles y estereotipos

El ejercicio de la sexualidad está estrechamente relacionado con la construcción social del género, con los roles asignados a hombres y mujeres. El inicio de la vida sexual y su consecuente práctica ha sido históricamente considerado como algo “normal” en los hombres, sin embargo existe una serie de mecanismos de control, supervisión y represión de la sexualidad femenina, de su expresión y su práctica. Los mitos y tabúes alrededor de la misma se orientan a contener el deseo sexual de las mujeres y a castigar su expresión abierta. Por ejemplo, entre los mecanismos de control están los vinculados a la religiosidad que representan a la mujer como imagen pura, virginal y sin deseo, utilizando además la culpabilidad y el pecado como forma de martirizar y castigar a las mujeres que se salen de la concepción tradicional y patriarcal respecto a la vivencia sexual femenina.

Asimismo, los temas relacionados y las prácticas para la protección y prevención de embarazos suelen estar altamente mediados por los roles y estereotipos de género, siendo la mujer la principal responsable del cuidado de la salud y la protección para evitar un embarazo: ella debe inyectarse, ella debe tomar las pastillas anticonceptivas o la pastilla de emergencia e incluso ella debe velar porque él use condón.

Algunos de los estereotipos respecto a la sexualidad de hombres y mujeres son:

  • El hombre toma la iniciativa y la mujer espera.
  • El hombre siempre, o la mayor parte del tiempo, está pensando en sexo y la mujer en amor.
  • El hombre puede y debe tener muchas experiencias y parejas sexuales, la mujer debe cuidar su reputación.